¿Cómo cautiva a la juventud el neoconservadurismo? Rebeldía, formación e influencers de extrema derecha en Latinoamérica
How does neoconservatism captivate youth? Rebellion, training and far-right influencers in Latin America
Morán Faúndes, José Manuel
https://orcid.org/0000-0001-5601-1014
Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales (CIJS/CONICET). Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Año | Year: 2023
Volumen | Volume: 11
Número | Issue: 1
DOI: http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v11i1.649
Recibido | Received: 31-1-2023
Aceptado | Accepted: 22-3-2023
Primera página | First page: 1
Última página | Last page: 16
Latinoamérica atraviesa una tercera oleada neoconservadora, caracterizada, entre otros aspectos, por una renovada ofensiva de extrema derecha contra los derechos sexuales y reproductivos. Uno de los sectores a los que este neoconservadurismo de extrema derecha busca interpelar con especial fuerza son las juventudes. El presente trabajo explora algunas acciones específicas que el movimiento neoconservador latinoamericano está desarrollando con especial foco en la juventud. Específicamente, se analizan tres estrategias: la creación de renovados imaginarios de épica y rebeldía que buscan interpelar a jóvenes y, especialmente, a mujeres jóvenes (disputando así al sujeto político de los feminismos); la formación política de jóvenes dirigentes para ocupar espacios políticos y constituir nuevos liderazgos neoconservadores; y la emergencia de influencers neoconservadores/as. Mediante una metodología cualitativa, se identificaron y exploraron las acciones de 74 actores neoconservadores de ocho países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.
Palabras clave: neoconservadurismo, antifeminismo, juventud, América Latina, feminismo,
Latin America is going through a third neoconservative wave, characterized, among other aspects, by a renewed far-right offensive against sexual and reproductive rights. This far-right neoconservatism is especially interested in captivating the youth. This paper explores some specific actions that the Latin American neoconservative movement is developing with a special focus on young people. Specifically, three strategies are analyzed: the creation of renewed epic and rebellious imaginaries that seek to attract the attention of young people and, especially, young women (and disputing the political subject of feminisms); the political training of young leaders to occupy political spaces and constitute new neoconservative leaderships; and the emergence of neoconservative influencers. Using a qualitative methodology, the strategic actions of 74 neoconservative actors from eight Latin American countries were identified and explored: Argentina, Bolivia, Brazil, Chile, Colombia, Ecuador, Mexico, and Peru.
Key words: neoconservatism, antifeminism, youth, Latin America, feminism,
Morán Faúndes, J. M. (2023). ¿Cómo cautiva a la juventud el neoconservadurismo? Rebeldía, formación e influencers de extrema derecha en Latinoamérica. methaodos.revista de ciencias sociales,11(1), m231101a05. http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v11i1.649
1. Introducción
A partir de los setenta, en Latinoamérica comenzó a generarse un activismo organizado en contra de procesos de ampliación de derechos vinculados con el género, la sexualidad y la reproducción (Morán Faúndes, 2017)Ref20. Este activismo, autodenominado “pro-vida” o “pro-familia” por sus protagonistas, ha sufrido mutaciones a lo largo del tiempo que lo complejizaron, haciéndolo cada vez más heterogéneo en su composición, idearios y formas de acción colectiva (Machado, et al., 2022Ref16; Vaggione, et al., 2021Ref41).
Hoy, un renovado interés por analizar al activismo de oposición a los derechos sexuales y reproductivos (DDSSRR) atraviesa a la academia. Diversos estudios muestran hoy un campo híbrido, donde se articulan sectores católicos, pero también evangélicos y seculares; donde participan actores de la sociedad civil con organizaciones político-partidarias; donde se mixturan narrativas e identidades religiosas con otras des-identificadas de toda marca confesional; donde se entrelazan proyectos morales con proyectos político-económicos, entre otros aspectos (Torres Santana, 2020)Ref37.
Posiblemente uno de los principales motivos por el cual la literatura académica está prestando mayor atención a los procesos de movilización contra los DDSSRR sea debido a que esta complejización del campo ha hecho que su extensión, así como su capacidad para impactar sobre las agendas públicas, se amplifique en diversos contextos. Además, su creciente vinculación con el auge de renovados proyectos políticos de derecha y extrema derecha se está observando con cada vez más fuerza en Latinoamérica (Biroli, et al., 2020Ref6; Stefanoni, 2021Ref35). La oposición a los DDSSRR no es exclusiva de las derechas, y existen numerosos ejemplos de esta oposición motorizados por políticos/as identificados/as con la izquierda. Sin embargo, hoy se observa que la agenda contraria a las demandas feministas y LGBTI en muchos contextos se articula cada vez con más intensidad dentro de proyectos políticos que rechazan toda política progresista, no sólo en materia de género, sexualidad y reproducción.
En este marco, algunos incipientes trabajos están mostrando la avenencia de ciertos perfiles poblaciones jóvenes dentro de estos proyectos de extrema derecha en general (Tremino y Pignarato, 2021)Ref38, y dentro de los activismos de oposición a los DDSSRR en particular (Goldentul y Saferstein, 2020Ref14; Stefanoni, 2021Ref35; Paz-González, 2022Ref26). La literatura académica ha dado cuenta de cómo las actuales extremas derechas potencian en general discursos propios de la anti-política (enfatizando la tecnocracia y despreciando a las ideologías y a la política tradicional) (Ansaldi, 2022)Ref2, lo cual resulta un campo fértil en muchos casos para atraer la atención de algunos segmentos más jóvenes desilusionados/as de la política. Sin embargo, y sin desconocer esta realidad, los activismos contrarios a los DDSSRR, inscriptos en muchos casos dentro de estos proyectos de derecha, proponen a su vez procesos de repolitización de la juventud mediante distintas estrategias. Cautivar a las juventudes implica hacerlas parte de la causa y activarlas en contra de la agenda de los DDSSRR.
En Latinoamérica aún son escasos los trabajos que indaguen en las formas concretas en que estos sectores emprenden esas acciones de politización juvenil. Tomando esto en consideración, el presente trabajo describe algunas acciones específicas que los sectores de oposición a los DDSSRR están desarrollando con especial foco en la interpelación de las juventudes. Para ello, y sin ánimo de exhaustividad, se analizan tres estrategias: la creación de renovados imaginarios de épica y rebeldía, la formación política de jóvenes y la emergencia de influencers neoconservadores/as.
El artículo se divide en seis secciones. La primera explica el marco metodológico utilizado para la recolección de información y el alcance de la misma. La siguiente discute el concepto utilizado en este texto para referir al activismo de oposición a los DDSSRR, esto es, activismo o movimiento neoconservador. Luego, se propone comprender a la avanzada de oposición a estos derechos encuadrada dentro de una tercera oleada neoconservadora que se estaría gestando en la región latinoamericana, dando cuenta de sus principales características. La siguiente sección explora y analiza cada una las estrategias puntuales que el campo neoconservador activa a lo largo de la región para movilizar a las juventudes. La última sección presenta algunas reflexiones finales del artículo.
2. Metodología
Este trabajo se desarrolló mediante un análisis cualitativo de acciones estratégicas orientadas a interpelar a las juventudes por parte de actores contrarios a los DDSSRR en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y México. Si bien cada uno de estos países presenta dinámicas propias, todos han experimentado fuertes procesos de politización y de debate público en torno a temas de género, sexualidad y/o reproducción en los últimos años, con un abundante desarrollo de acciones colectivas contrarias a la ampliación de derechos1. Estos episodios constituyen ventanas analíticas para observar la configuración del activismo opositor a los DDSSRR, así como sus principales formas de acción colectiva.
El análisis se concentró particularmente en las acciones orientadas a interpelar a las juventudes, desarrolladas especialmente por organizaciones civiles y actores individuales contrarios a los DDSSRR. Las agrupaciones e individuos que se mueven en la esfera de la sociedad civil, conformando organizaciones no gubernamentales o presentándose como especialistas, operan con lógicas distintas a las de otros actores opuestos a los DDSSRR más tradicionales, como las iglesias, las que deben conciliar su accionar con sus bases dogmáticas y lógicas institucionales (Morán Faúndes, 2017)Ref20.
El corpus de análisis se construyó en dos fases. En primer lugar, se realizó un mapeo de actores mediante una exploración online. Para ello se utilizaron descriptores específicos de búsqueda, aplicando además una técnica de bola de nieve para arribar a nuevos actores vinculados con los ya hallados. Fueron seleccionadas las organizaciones y actores que se autodefinen como “pro-vida” o “pro-familia” o que indican que su labor se orienta a la defensa de la vida desde la concepción, de la familia natural o asuntos afines. También se incluyeron actores que priorizan narrativas claves, como “a favor de las dos vidas”, “contra la ideología de género”, etc. La base de datos, en una primera instancia, quedó constituida por 360 actores contrarios a los DDSSRR en los ocho países bajo estudio.
En una segunda etapa, se exploraron las páginas web y las principales redes sociodigitales de cada actor hallado, así como declaraciones y noticias de los mismos en medios digitales, y se consultaron análisis desarrollados por investigaciones periodísticas y académicas especializadas en sectores contrarios a las demandas feministas y LGBTI. Esto con el fin de observar y relevar las principales acciones estratégicas desarrolladas por los actores relevados y delimitar la muestra a aquellos que despliegan acciones focalizadas en las juventudes. Como criterio de selección, se consideraron aquellos actores que señalan explícitamente desarrollar actividades para jóvenes2 (como cursos de formación, talleres, eventos, etc.), que se definen como organizaciones juveniles (creada por jóvenes y/o para jóvenes), o que operan en redes sociodigitales con mensajes orientados, al menos en parte, para un público juvenil. Así, la base final quedó conformada por 74 actores, distribuidos geográficamente según se describen en la Tabla 1.

Se realizó un análisis de carácter cualitativo y exploratorio de las acciones estratégicas relevadas focalizadas en jóvenes. Si bien no es la intención del artículo proponer una mirada comparada, los datos permiten presentar un breve análisis panorámico, de carácter cuantitativo, de la distribución geográfica de los actores hallados, para luego focalizar la mirada en las estrategias de interpelación a las juventudes de manera transversal. Sin desconocer las diferencias contextuales de cada país latinoamericano, el análisis transversal se torna posible considerando que en los últimos años las acciones estratégicas de este campo han adquirido una fuerte dimensión transnacional, articulándose regionalmente, tal como ha destacado la literatura especializada (Panotto, 2020Ref25; Sanahuja y López Burian, 2020Ref31).
3. Breve nota conceptual: sobre cómo definir a estos sectores
No existe consenso académico respecto de cómo conceptualizar a la oposición organizada contra los DDSSRR. Algunos trabajos desarrollados utilizan conceptos que resaltan el elemento religioso de su configuración, así como el fuerte grado de dogmatismo de sus posiciones. Términos como “conservadurismo religioso”, “neointegrismos” o “fundamentalismos” han sido propuestos bajo esta lógica (Arguedas Ramírez, 2010Ref3; Sagot, 2012Ref30; Motta y Amat y León, 2018Ref21). Otros trabajos, en cambio, matizan el protagonismo de lo religioso, utilizando conceptos como “activismo héteropatriacal” (Morán Faúndes, 2017Ref20; Troncoso y Stutzin, 2019Ref39), desde el cual se resalta la persistencia de estructuras de poder de la agenda contra los DDSSRR, o “anti-derechos” (Tarducci, 2017Ref36; Vega, 2020Ref43), desde donde se pone de relieve la idea de una específica oposición a los derechos de las mujeres y comunidades LGBTI. Estos términos dejan en un segundo plano la exaltación del componente religioso.
Un concepto que se ha popularizado en el último tiempo en la literatura latinoamericana es el de activismos o movimientos “anti-género” (Rodríguez-Rondón y Rivera-Amarillo, 2020Ref27; Corrêa, 2022Ref10). Propuesto hace algunos años desde Europa, este término da cuenta de la centralidad que ha adquirido dentro de la oposición a los DDSSRR la reacción frente a las políticas de género en general, y la narrativa contra la “ideología de género” en particular. Gran parte de las actuales movilizaciones contra la educación sexual integral, el matrimonio entre parejas del mismo sexo, las leyes de identidad de género o el aborto, recuperan esos discursos. Desde estos, vinculan dichas leyes y políticas con agendas ideológicas que niegan la pretendida objetividad y naturalidad de la diferencia sexual binaria, de la heterosexualidad obligatoria y el mandato reproductivo.
Sin embargo, el concepto de movimientos o activismos “anti-género” puede resultar problemático desde el punto de vista de la historicidad del movimiento. Las campañas y movilizaciones contra el género (o contra la “ideología de género”) son relativamente recientes en la región y en el mundo. Si bien el pánico moral contra las políticas de género comenzó a gestarse dentro de estos sectores en los años noventa (Bárcenas, 2018Ref4; Vaggione, 2022Ref40), como reacción a las conferencias de El Cairo y Beijing de Naciones Unidas, este no tuvo una centralidad inmediata dentro del activismo de oposición a los DDSSRR. Es recién en la última década que este miedo comenzó a adquirir protagonismo en las movilizaciones contra estos derechos, materializándose en campañas contra la “ideología de género”. Pero previo a esto, existía ya un movimiento de oposición a los DDSSRR, conformado en gran medida por varios de los actores que luego se movilizaron también contra los mismos derechos, pero desde el pánico moral hacia el género, como la jerarquía católica, ciertas iglesias evangélicas, ONG “pro-vida” y/o “pro-familia”, etc. Denominar a estos activismos como un movimiento o activismo “anti-género” borra su historicidad, y oculta la continuidad de la actual oposición organizada contra las demandas feministas y LGBTI con las anteriores configuraciones del movimiento, presentándolo como un fenómeno novedoso y prácticamente sin precedentes. Esto no quiere decir que no existan elementos renovados dentro de estos activismos, ya que los mismos han sabido adaptarse y actualizarse constantemente, complejizando sus formas de organización y su accionar (Machado, et al., 2022)Ref16. Pero que las campañas y movilizaciones anti-género resulten cada vez más centrales dentro de los procesos de movilización contra los DDSSRR no quiere decir que este sea un movimiento definido por su oposición a las políticas de género. De algún modo, sería el equivalente a reducir a los feminismos a, por ejemplo, un mero “movimiento pro-aborto”. Antes bien, el carácter anti-género debería ser pensado como un elemento que se suma a las formas de actualización y adaptación que estos sectores han desarrollado, en el marco de nuevas coyunturas y oportunidades políticas.
Considerando esto, este trabajo opta por el concepto movimiento o activismo “neoconservador” para referir a estos sectores, en línea con otros trabajos que recuperan esa terminología (Biroli, et al., 2020Ref6; Panotto, 2020Ref25; Barrera Rivera, 2021Ref5; Caminotti y Tabbusch, 2021Ref7; Vaggione, 2022Ref40). Si bien este no es un término exento de limitaciones, por un lado, permite resaltar las continuidades que existen entre las actuales configuraciones de la oposición a los DDSSRR, y sus anteriores expresiones, incluso antes de que el pánico moral hacia el género se tornase medular en su accionar. Por otro, permite además resaltar la conexión genealógica que existe entre este movimiento y el pensamiento conservador tradicional latinoamericano, caracterizado por una importante impronta cristiana, la tutela de un orden jerárquico considerado natural, y concepciones morales estrictas, entre otros elementos (Romero, 2000)Ref28. Aunque algunas de estas características persisten dentro del neoconservadurismo, la politización de la sexualidad y el género emprendida en el siglo XX por los movimientos feministas y LGBTI a escala global provocó una reacción que obligó a los sectores más tradicionalistas a adaptarse y mutar sus formas de presentarse, articularse y moverse en el espacio público (Vaggione, 2022)Ref40. Atendiendo a esta historicidad del activismo neoconservador, la siguiente sección propone pensar el actual embate contra los DDSSRR como parte de una tercera oleada neoconservadora que se está gestando en la región Latinoamericana.
4. La tercera ola neoconservadora: de lo religioso al populismo de extrema derecha
Los movimientos contrarios a los DDSSRR en Latinoamérica no son un fenómeno novedoso. Lejos de esto, el activismo neoconservador es un campo dinámico que ha logrado adaptarse a diferentes coyunturas. Dichas adaptaciones han supuesto no sólo la actualización de sus estrategias, sino grandes giros en las formas de organización y articulación de su militancia. Es por esto que una parte de la literatura académica plantea que estos sectores han pasado por distintas etapas u olas (Morán Faúndes, 2017Ref20; Soto y Soto, 2020Ref34; Vaggione, et al., 2021Ref41), cuyas principales características se sintetizan en la Tabla 2:

Siguiendo las propuestas elaboradas por estas investigaciones, la primera ola inició entre las décadas de los 70s y 80s, y estuvo marcada por una militancia articulada en torno a una fuerte identidad católica, organizada en torno al llamado que hizo el Vaticano a configurar una feligresía activa en la defensa de un orden moral. En un momento en donde la legalización/despenalización del aborto no era un tema central de las agendas públicas, y con el fin de evitar la apertura de dichos debates, esta primera ola se configuró bajo un carácter “preventivo” (Vaggione, et al., 2021Ref41; Morán Faúndes, 2017Ref20).
La segunda oleada, en tanto, iniciada alrededor de los años 90s y la primera década del 2000, comenzó a articular a los actores católicos con iglesias evangélicas y organizaciones con identidades públicas secularizadas, conformando una militancia que comenzaría a privilegiar la unidad en torno a una misma agenda moral antes que a una única identidad religiosa (Morán Faúndes, 2017)Ref20. Frente al incipiente avance de los DDSSRR a nivel internacional, y los primeros debates abiertos en torno a estos temas a niveles locales (no sólo en torno al aborto, sino a diversos derechos asociados a la igualdad de género, la sexualidad y la reproducción), esta segunda ola estuvo marcada por un carácter “reactivo” (Vaggione, et al., 2021)Ref41.
Finalmente, la actual tercera ola comenzó a configurarse hace unos pocos años, y está marcada por un fuerte carácter “ofensivo” (Vaggione, et al., 2021)Ref41. La articulación neoconservadora se ha acoplado a una agenda transnacional de extrema derecha (Torres Santana, 2020)Ref37, que no sólo se opone a las demandas feministas y LGBTI, sino a toda propuesta progresista de ampliación de derechos, a las que entienden como renovadas formas de comunismo. Su avenencia con propuestas neoliberales de reducción del aparato público, limitación de derechos y legitimación de discursos de odio (Torres Santana, 2020Ref37; Biroli, et al., 2020Ref6), entre otros aspectos, configuran una renovada ofensiva neoconservadora. Esto debido a que lo que buscan no es sólo reaccionar frente a las conquistas de los movimientos, sino desmontar los avances logrados en ciertos contextos en materia de derechos, y generar un renovado orden moral sustentado a su vez sobre una economía de mercado y el cuestionamiento de políticas y derechos sociales.
Entendiendo que la religión continúa jugando un rol importante dentro de estos sectores, el actual momento que atraviesa el neoconservadurismo da muestras de haber mutado desde un movimiento de base centralmente religiosa a uno que se acopla cada vez con más fuerza a proyectos políticos de derecha y extrema derecha, que articulan ideas morales con programas sociales y económicos (Biroli, et al., 2020Ref6; Torres Santana, 2020Ref37). Si bien la agenda neoconservadora no es monopolio de las derechas, y existen en la región ejemplos de liderazgos de izquierda que han abrazado esta agenda (como fue el caso del expresidente de Ecuador Rafael Correa), hoy se observa una cada vez más fuerte articulación del proyecto neoconservador dentro de proyectos políticos de derecha y extrema derecha (Torres Santana, 2020Ref37; Biroli, et al., 2020Ref6; Sanahuja y López Burian, 2020Ref31; Rousseau, 2022Ref29). Los neoconservadurismos hoy se movilizan desde agendas más extensas que la mera agenda religiosa, con miras a consolidar programas de reformas político-institucionales que incluyen temas de moral sexual, pero también miradas sobre el gasto público y los impuestos, la migración, la seguridad, etc.
Algunos trabajos retoman el concepto de “populismo” al momento de caracterizar este auge neoconservador desde la extrema derecha (Rousseau, 2022Ref29; Marsicano y Burity, 2021Ref17). No existe un único marco teórico para definir el término, ya que este es usado desde encuadres que lo entienden como una ideología específica, por ejemplo, hasta otros que lo asumen más como una lógica política que puede adaptarse a diversos marcos ideológicos. Pese a esto, en términos generales su uso por parte de la literatura aboga por entender que la actual oleada neoconservadora se caracteriza cada vez más por movilizar discursos que buscan generar una división tajante entre los intereses del pueblo, al que dicen defender, y los de una pretendida elite global, en donde colocan a los feminismos y movimientos LGBTI junto a organizaciones filantrópicas, organismos multilaterales, medios de comunicación hegemónicos, etc. (Marsicano y Burity, 2021Ref17; Rousseau, 2022Ref29). Los populismos de extrema derecha contemporáneos en Latinoamérica emergen como una reacción ante el ciclo progresista de inicios de los 2000 (el cual también estuvo marcado por un signo populista en algunos casos) (Caminotti y Tabbusch, 2021)Ref7. Estos encuadran a las cuestiones de género (a la que llaman “ideología de género”) como parte de una agenda “marxista cultural”, movilizada por elites globales, orientada a generar transformaciones en contra de los intereses del pueblo y la patria, a partir de ideologías de izquierda que nada tendrían que ver con las verdaderas necesidades de la ciudadanía y los valores nacionales (Corrêa, 2022)Ref10. A su vez, varios de los actuales proyectos populistas de derecha en la región tienden a ver al Estado como un enemigo, con lo cual proponen drásticas reducciones del gasto público y un exacerbado proceso de ajuste estructural, alineándose con la agenda neoliberal (Biroli, et al., 2020Ref6; Morán Faúndes, 2017Ref20).
5. Resultados: las políticas neoconservadoras y la juventud
En el marco de esta tercera oleada, los sectores neoconservadores están emprendiendo acciones dirigidas a cautivar la atención de públicos amplios. Las juventudes son una parte central de esas renovadas audiencias (Goldentul y Saferstein, 2020Ref14; Paz-González, 2022Ref26; Velázquez Lacoste, et al., 2022Ref44). En un momento en donde los movimientos LGBTI y, especialmente, los movimientos feministas, han encontrado nuevos impulsos entre sectores jóvenes en gran parte de la región, los neoconservadurismos están también motorizando procesos focalizados en dichos sectores poblacionales. Hoy en día, la extrema derecha en general, y el neoconservadurismo en particular, se muestra más joven y renovado (Velázquez Lacoste, et al., 2022)Ref44. Aunque sus ideas no sean necesariamente nuevas, sus rostros y mensajes tratan de mostrar una frescura capaz otorgar a los sectores más jóvenes una lectura de la cotidianeidad que los/as interpele (Goldentul y Saferstein, 2020)Ref14.
La importancia que adquieren las juventudes para estos sectores se evidencia al observar la proporción de actores neoconservadores que orientan acciones hacia esa población, en relación al total de actores rastreados en esta investigación (Tabla 3).

En términos generales, 1 de cada 5 actores despliegan acciones orientadas a jóvenes (20,6%), siendo Argentina y Colombia los países donde se presenta la mayor proporción de este tipo de actores (35,7%), seguido México (24,1%) y Brasil (23,1%). En este sentido, aunque no constituyen la mayoría de los actores neoconservadores, los datos denotan una clara orientación de una parte no menor del activismo hacia la interpelación de jóvenes.
Si bien las acciones hacia las juventudes no son unívocas, y existen matices tanto entre las formas de encarar dichas acciones por cada actor neoconservador como entre los distintos países y coyunturas, es posible observar al menos tres grupos de estrategias de este tipo que se despliegan de manera relativamente transversal en la región: los mensajes renovados de épica y rebeldía, el entrenamiento de jóvenes y el accionar de influencers neoconservadoras/as.
5.1 Renovados mensajes: épica, rebeldía y disputa de sujetos políticos
Históricamente, las narrativas neoconservadoras en torno a la sexualidad y la reproducción se concentraron fuertemente en dos aspectos esenciales para el orden moral que defienden: el inicio de la vida desde la concepción y la familia nuclear (Felitti, 2011Ref11; Sgró Ruata, 2011Ref32). Diversos trabajos han documentado cómo los discursos y las imágenes movilizadas por estos sectores en el espacio público exaltan estas dos dimensiones. Por un lado, la puesta en escena de imágenes intrauterinas, de fetos que adquieren voz y personalidad, o de mujeres embarazadas con “vientres de cristal” donde resalta la imagen del feto, inundan las acciones colectivas de estos sectores cuando se movilizan en contra de las políticas reproductivas. Por otro, narrativas e imágenes de familias nucleares, heterosexuales, monogámicas y reproductivas, son también puestas en circulación a la hora de impugnar políticas sexuales que desafían la cisheteronorma (Felitti, 2011)Ref11.
Sin embargo, las recientes movilizaciones neoconservadores, en especial desde 2019, han mostrado un giro en los imaginarios que estos sectores vuelcan en el espacio público. Si bien las imágenes de fetos, mujeres embarazadas y familias nucleares (en su mayoría blancas y de clase media y alta) continúan circulando en los circuitos neoconservadores, un renovado tipo de representaciones ha sido puesto en funcionamiento, complementando y actualizando sus ya tradicionales mensajes. Estas representaciones redirigen su mirada, ya no apuntando a otorgar protagonismo sólo a “la vida desde la concepción” ni a “la familia”, sino a la propia militancia “pro-vida” / “pro-familia”. Nuevas imágenes tienden a exaltar la idea de una militancia activa, en lucha y con pasión, motorizada especialmente por la juventud y, especialmente, por mujeres jóvenes.
Este tipo de imágenes fueron producidas con especial énfasis en el marco de la campaña “Día Internacional de Acción por las Dos Vidas”, iniciada en 2019. Dicha campaña tuvo como objetivo instaurar al 8 de agosto como un día de celebración continental de la causa “pro-vida”. Justamente, el 8 de agosto de 2018, el Senado de la Nación de Argentina rechazó un proyecto de legalización del aborto que había obtenido media sanción en la Cámara de Diputados. Si bien la campaña nació en Argentina, rápidamente se expandió entre agrupaciones “pro-vida” de distintas partes de Latinoamérica. Las imágenes que circularon en el marco de la campaña de Acción por las Dos Vidas, pusieron como protagonistas a la propia militancia neoconservadora. Las representaciones exaltaban la idea de la movilización y la lucha unificada bajo el lema “Salvemos las dos vidas” y el color celeste, símbolos que fueron adoptados durante el debate legislativo de 2018 en Argentina y que emulaban y respondían directamente a la simbología y discursos de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, cuyo pañuelo verde había sido incorporado transversalmente por la militancia feminista. Las nuevas imágenes neoconservadoras, movilizadas en especial desde 2019, sacaron a los fetos y a la familia nuclear del lugar hegemónico que habían ocupado en las representaciones “pro-vida”/”pro-familia” históricamente, y fueron complementadas (y en muchos casos reemplazadas) por imágenes de mujeres jóvenes marchando, alegres, sosteniendo bengalas de humo celeste, tocando tambores o alzando el puño en símbolo de lucha y con un pañuelo celeste en la muñeca (Imagen 1).

Pese a que en un principio el color celeste emulaba el color de la bandera argentina, representando un símbolo patrio que unificaba la causa neoconservadora con un imaginario nacionalista, rápidamente rebaso las fronteras nacionales y fue reapropiado por distintos sectores neoconservadores del resto de Latinoamérica. Todo este imaginario intentó resaltar al menos dos mensajes clave. Por un lado, la configuración de una cierta épica y rebeldía neoconservadora, expresada en las ideas de una militancia unida, alegre y movilizada. La literatura académica ha enfatizado, precisamente, cómo los sectores neoconservadores y de extrema derecha están apelando a imaginarios de lucha y rebeldía, presentando sus ideas como insurrectas frente a la supuesta hegemonía de la corrección política (Stefanoni, 2021)Ref35. Este mensaje se nutre de una cierta épica mediante distintas vías que intentan resaltar las cualidades antes mencionadas, apelando a estéticas incluso cinematográficas. Las bengalas, el humo, los tambores y las sonrisas, todos elementos unidos bajo la idea de una misma lucha representada por el color celeste, configuran una constelación de símbolos que resaltan el imaginario de la movilización y la unión. La idea de la rebeldía juvenil, así como de la lucha y la resistencia, tradicionalmente asociadas a las izquierdas, es hoy readaptada y apropiada por sectores neoconservadores de derecha y extrema derecha.
Por otro lado, estas imágenes ponen en circulación también la idea de que las mujeres, y en especial las jóvenes, serían las nuevas protagonistas de la causa neoconservadora. De uno u otro modo, esto se orienta a disputar directamente el sujeto político del feminismo, esto es, las mujeres, y en particular a las mujeres jóvenes que, como ha sido destacado por la literatura regional, han dado un renovado impulso a las luchas feministas en toda la región latinoamericana en los últimos años. En Argentina, la lucha por la legalización del aborto, en especial desde 2018, tuvo como protagonistas a mujeres jóvenes que salieron a la calle con el pañuelo verde, dándole un nuevo aire a la causa feminista. En Chile, fueron las estudiantes universitarias las que iniciaron en 2018 una gran movilización contra el acoso en instituciones educativas y a favor de una educación no sexista. En México, la renovada oleada feminista, que incluye a una serie de actores a nivel nacional, fue desencadenada por las protestas de estudiantes mujeres de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2019. La puesta en escena de mujeres jóvenes “celestes”, viene justamente a responder a este proceso feminista que se expande por gran parte de Latinoamérica, buscando quitarle al feminismo el “monopolio” de las mujeres y de la juventud como motor de movilización.
5.2. Formación política focalizada en jóvenes
En el campo de la sociedad civil, un aspecto que viene siendo priorizado en el último tiempo por el activismo neoconservador es la formación de su militancia, orientada especialmente a la consolidación de liderazgos políticos (Sgró Ruata, 2022)Ref33. Existe un diagnóstico relativamente generalizado entre las agrupaciones autodenominadas “pro-vida” o “pro-familia” respecto a la necesidad de formar líderes que movilicen las causas neoconservadoras y que logren penetrar las estructuras estatales. Es por esto que diversas organizaciones están apuntando sus esfuerzos hacia la formación, buscando construir liderazgos políticos bajo una mirada de mediano/largo plazo.
Las organizaciones que realizan procesos de formación política orientan sus entrenamientos a diversos perfiles. Sin embargo, la gran mayoría reconoce a la juventud como un sector prioritario que debe ser formado para construir liderazgos que logren impactar políticamente a futuro, ocupando cargos públicos y consolidándose como dirigentes/as políticos/as.
En total, fueron halladas 19 agrupaciones orientadas a la formación de jóvenes (Tabla 4), siendo Colombia y México los países donde se encuentran las mayores proporciones de este tipo de organizaciones (26,3%, respectivamente), seguidos por Argentina (15,8%).

Las modalidades que adoptan estas agrupaciones para la formación son diversas. En Argentina, por ejemplo, fue creada en 2018 la organización evangélica Nacidos para Gobernar. Esta agrupación fue fundada por Ana Valoy, politóloga, dirigente política del partido Propuesta Republicana (PRO) del expresidente Mauricio Macri, y pastora cristiana de Tucumán. Nacidos para Gobernar tiene como fin entrenar a evangélicos/as con mirada de largo plazo para preparar liderazgos que lleguen a lugares estratégicos de influencia. En su sitio web señalan:
Este Ministerio surge como una respuesta a la demanda en la Iglesia de Cristo, que está entendiendo que debe participar en los asuntos públicos. La Iglesia tiene hoy, ministerios que preparan maestros de niños, adoradores, profetas, pastores… pero no gobernantes. Queramos o no, este movimiento de parte del Señor en nuestras naciones es imparable. Los cristianos van a meterse en el sistema. Lo que debemos asegurarnos es que cuando entren, sean lideres, no dominados, sean los impulsadores de movimientos, no seguidores de masas. (Nacidos para Gobernar, s/f)Ref22.
Aunque Nacidos para Gobernar orienta sus acciones de formación al público cristiano en general, reconoce a la juventud como un sector prioritario: “Sabemos que Dios está despertando a su Iglesia en esta área, y que cada vez hay más personas, en especial jóvenes que sienten que su lugar para servir a Dios está en el servicio en la función pública” (Nacidos para Gobernar, s/f)Ref22.
Otra organización abocada a la formación desde una perspectiva religiosa es la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos. Esta academia fue cofundada en Chile en 2015 por el cardenal Jorge Medina, un miembro de la curia muy conocido en Chile por haber sido un férreo defensor de la dictadura de Pinochet y por sus posturas morales neoconservadoras. Actualmente, tiene presencia también en México, Uruguay, Costa rica, Brasil, Colombia, Perú y España. Esta institución “busca formar católicos que a partir de la experiencia cristiana desarrollen su vocación política con la ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia” (Academia de Líderes Católicos, s/f)Ref1. Cuenta con programas de formación específicamente para jóvenes de nivel secundario y universitario, además de otros orientados a profesionales. En 2020, anunció la apertura de un seminario para analizar los escenarios pos-Covid19, y entre sus planteamientos sostienen que se requiere “un consenso regional latinoamericano” para evitar “la imposición de agendas ideológicas a cambio de recursos financieros” (Vargas, 2020)Ref42, en consonancia con los actuales discursos difundidos por el neoconservadurismo regional en contra de los movimientos feministas y LGBTI y su supuesta vinculación con grupos de poder globales.
Organizaciones de este estilo han sido creadas a lo largo de prácticamente toda Latinoamérica. La ONG mexicana Centro de Cultura y Orientación Civil Concertación, del líder evangélico Aaron Lara, fundador del neoconservador Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, también imparte capacitación a “profesionistas y estudiantes universitarios con vocación para el servicio público” mediante su programa llamado Becarios (Concertación A.C., s/f)Ref9. En Colombia, la organización Nueva Democracia presenta un perfil secular, a diferencia de los ejemplos anteriores. Pese a ello, sus acciones de entrenamiento son muy similares a Concertación AC de México, ya que en su sitio web expresa que busca el fortalecimiento de la sociedad civil “a través de la formación de jóvenes universitarios y profesionales para que puedan incidir en el debate público” (Nueva Democracia, s/f)Ref24. Esta agrupación se moviliza intensamente en contra de los DDSSRR, participando en los debates públicos para oponerse a los mismos (Nueva Democracia, 2021)Ref23.
La prioridad que se le está dando a los/as jóvenes en los procesos de formación de liderazgos políticos neoconservadores queda plasmada en la existencia de organizaciones que están apuntando única y exclusivamente a este sector en sus programas de entrenamiento. Un ejemplo paradigmático de este es la agrupación neoconservadora Frente Joven, fundada en Argentina en 2010, y con presencia actualmente en Perú, Paraguay y Ecuador también. Esta agrupación participa activamente en los debates vinculados con DDSSRR desde una posición contraria a los mismos (Sgró Ruata, 2022)Ref33. En 2016, diseñó el Plan Institucional de Formación y Capacitación (Frente Joven, 2019)Ref12, con el fin de conducir sus acciones específicamente en el desarrollo de instancias de formación a los/as miembros de su equipo. En el marco de este plan, en 2018 lanzaron la Escuela de Liderazgo para miembros de Frente Joven. Esta ONG organiza además el Programa de Formación para Jóvenes Dirigentes, cuyo objetivo es brindar “conocimientos, criterios de discernimiento y herramientas para desempeñarse en el ámbito de las instituciones políticas y sociales” (Frente Joven, s/f)Ref13.
Por su parte la ONG Más Colombia también se especializa en formación de liderazgos jóvenes, desde un enfoque más “juvenil”. Según plantean en su sitio web: “Nuestra motivación es la formación de esos jóvenes líderes, a quienes queremos brindar herramientas que les permitan encontrar problemas, proponer soluciones e identificar oportunidades de transformar sus realidades. No queremos más jóvenes indiferentes a las situaciones que afectan a millones de colombianos, sino jóvenes transformadores” (Más Colombia, s/f)Ref18.Además de cursos y capacitaciones, realizan campamentos semestrales para invitar a jóvenes a sumarse a la organización, y “misiones” a distintas partes de Colombia. Más Colombia está asociada a la organización internacional Choose Life (Choose Life, s/f)Ref8. Presente en México, Colombia, Costa Rica, Panamá y El Salvador, Choose Life realiza los llamados Life Camps, esto es, campamentos juveniles donde se entrena a jóvenes en “practicar cómo disuadir a las mujeres de someterse a un aborto”, desde un enfoque juvenil y lúdico (Mijola, 2019)Ref19.
Todos estos casos dan cuenta de un marcado interés en el campo neoconservador latinoamericano por focalizar acciones hacia la formación de una militancia joven, con mirada de mediano/largo plazo, capaz de impactar en la arena pública en el futuro. Así, existe un proceso en curso orientado a construir un proyecto político neoconservador desde las estructuras estatales, que pone foco en las generaciones más jóvenes como pilares de dicho proyecto.
5.3. Influencers neoconservadores/as
Finalmente, una tercera tendencia es la conformación de un renovado tipo de actores: los/as formadores/as de opinión o influencers neoconservadores/ as (Kessler, et al., 2022Ref15; Paz-González, 2022Ref26). Si bien estos actores se mueven en diversos ámbitos, no todos necesariamente virtuales (Goldentul y Saferstein, 2020)Ref14, las redes sociodigitales son espacios privilegiados por los que movilizan sus ideas. En estas son seguidos/as por miles de usuarios/as, logrando así amplificar sus discursos hacia públicos extensos, ganar visibilidad y generar confianza y hasta admiración entre sus audiencias. En general, tienden a usar las redes sociodigitales no para intercambiar opiniones con otros/as usuarios/as, sino principalmente para diseminar sus contenidos digitales (de hecho, la mayoría tiende a seguir a muy pocas cuentas, mientras que sus seguidores/as suelen ser abundantes).
En Latinoamérica existen diversos/as influencers que abogan por las ideas de extrema derecha. Aunque sus publicaciones en redes sociodigitales abarcan diversos temas, muchos/as suelen focalizarse con más énfasis en determinados tópicos. Por ejemplo, el chileno Axel Kaiser se focaliza más en contenidos sobre economía desde la óptica neoliberal; en Brasil, el político e influencer Kim Kataguiri publica en general en sus redes contenidos contra la izquierda, y en particular contra el Partido dos Trabalhadores; o el argentino Horacio Giusto suele focalizar sus críticas contra el ecologismo. Aunque la mayoría tiene también publicaciones con contenidos anti-feministas y anti-LGBTI, hay unos/as pocos/as que dedican publicaciones a estos temas con mayor intensidad, constituyéndose en verdaderos/as influencers neoconservadores/as. La Tabla 5 presenta a los/as principales exponentes de este perfil, sintetizando los datos de sus seguidores en redes.

Considerando la cantidad de seguidores/as con que cuentan, el argentino Agustín Laje se posiciona como el más popular, siendo su canal de Youtube su red con mayor número de suscriptores/as. Le sigue el actor mexicano Eduardo Verástegui, quien moviliza con fuerza la agenda neoconservadora desde su conversión al catolicismo.
Si bien sus mensajes apuntan a un público amplio, los sectores generacionales más jóvenes tienden a ser fuertemente interpelados por estos actores, generando adhesiones. En parte, esto puede deberse a su fuerte despliegue en redes sociodigitales, y a que una importante porción de estos actores pertenece a una generación sub-40 (o incluso sub-30), como es el caso de Laje, Winter, Fiallo o Batallán. Pero también, como explican Goldentul y Saferstein (2020)Ref14, muchos/as jóvenes son atraídos/as por estos/as influencers por causales más bien culturales, ya que son sus argumentos en contra de los procesos de ampliación de derechos, de la agenda progresista y de los movimientos feministas y LGBTI en particular lo que suelen interpelarlos/as.
Para lograr esto, y a diferencia de los/as influencers que generan seguidores/as gracias a sus habilidades para transmitir mensajes positivos, los/as influencers neoconservadores/as operan generalmente mediante el conflicto. Sus mensajes destacan la idea de un mundo amenazado por los sectores progresistas, en especial los feminismos y movimientos LGBTI, a quienes se esfuerzan por atacar y desmentir, tildándolos de populistas y/o comunistas (Kessler, et al., 2022Ref15; Paz-González, 2022Ref26). Con esto, generan una comunidad neoconservadora de seguidores/as fundada en la conflictividad, en la idea de enemigo/as comunes, y en el odio y desprecio hacia ese/a otro/a.
Los perfiles de estos/as influencers son variados, aunque destacan al menos dos grandes perfiles desde los que se presentan en el espacio virtual: el intelectual y el religioso.
Los/as influencers con perfiles intelectuales tienden a buscar posicionarse como expertos/as o voces autorizadas dentro del campo neoconservador, por lo que sus públicos les atribuyen una importante credibilidad. Esta calidad de expertos/ la adquieren muchas veces promocionándose como escritores/as y conferencistas. Con esto, realizan viajes internacionales para dar charlas y conferencias ante públicos amplios, son invitados/as a entrevistas en medios de comunicación o incluso se reúnen con autoridades políticas, todos eventos que suelen compartir en sus redes. Agustín Laje y Nicolás Márquez (autores de El Libro Negro de la Nueva Izquierda), Pablo Muñoz Iturrieta (autor de Atrapado en el Cuerpo Equivocado), Samuel Ángel (autor de La Amenaza de la Ideología de Genero), o Miklos Lukacs (autor de Neo Entes) son ejemplos de este tipo de actores.
En este perfil, lo que suele resaltar es la idea de actores racionales que utilizan la argumentación para mostrar la verdad de sus ideas y desmentir a sus adversarios/as. Algunos/as utilizan la polémica como una estrategia de marketing digital más profunda: buscan entrar en conflicto y debate constantemente con quienes consideran sus adversarios/as, ya sea en conferencias, entrevistas en medios de comunicación u otros espacios, y generar así la idea de que “ganan” el debate. La centralidad de la polémica como parte de sus intervenciones resulta crucial para su visibilidad, ya que muchas veces buscan el conflicto para generar contenido en sus redes sociodigitales. Generalmente, cada vez que participan en un debate o discusión publican inmediatamente los registros de esos intercambios en sus redes sociodigitales y en sus canales de Youtube, utilizando imágenes y frases que hiperbolizan la idea de haber vencido a sus adversarios/as. Las imágenes de portada y los títulos de sus publicaciones, por ejemplo, minimizan o ridiculizan a sus oponentes, enfatizando su carácter de polemistas triunfales (Imagen 2).

Por otro lado, los/as influencers que resaltan un perfil religioso no descartan las argumentaciones seculares, pero ponen a su identidad religiosa como una parte importante de su despliegue en redes sociodigitales. El actor y productor mexicano Eduardo Verástegui, la médica argentina Chinda Brandolino, su joven compatriota Guadalupe Batallán, o la influencer brasilera Sara Huff (ex Sara Winter) son ejemplos de este tipo de perfil. En general, muchos/as destacan historias sobre su proceso de conversión, mostrando cómo su actual religión les permitió mejorar en sus vidas. Sara Huff (antes llamada Sara Winter), por ejemplo, se presenta como ex feminista convertida al catolicismo. Desde ese lugar, destaca las virtudes de su nueva vida como creyente, y las mentiras de las que fue víctima cuando era feminista. En febrero de 2023, Huff publicó en Twitter un video (Imagen 3) diciendo “Fui una víctima más del movimiento feminista. La diferencia se nota en la cara, no es necesario decir nada más”:

Los mensajes religiosos no son presentados sólo como parte de sus creencias individuales. Son en general puestos en circulación como un fundamento desde el cual buscan generar movilización en redes sociodigitales. A diferencia de los perfiles más intelectuales, donde se privilegia cooptar la atención del público generando la sensación de argumentos que vencen a los de sus adversarios/as, la religión es acá la que opera como matriz articuladora de historias de vida que buscan motivar al público, en especial al más joven, para abrazar la causa neoconservadora. Las historias de conversión se tornan relatos cuasi heroicos, de procesos que les permitieron “abrir los ojos” frente a las pretendidas mentiras de los movimientos feminista y LGBTI.
Tanto los perfiles intelectuales como los religiosos se solapan en ocasiones entre sí, por lo que no constituyen tipologías excluyentes. Pese a ello, permiten mostrar tendencias generales de las formas de presentación y las matrices narrativas que despliegan estos actores. Todas estas estrategias hacen que se consoliden como influencers, constituyéndose en actores que gozan de una importante credibilidad ante sus audiencias. Con esto, van generando una comunidad de seguidores/as que opera como una caja de resonancia de sus mensajes tanto en redes sociodigitales como fuera de estos círculos, siendo los sectores más jóvenes los que tienden a ser mayormente interpelados.
6. Reflexiones finales
El campo neoconservador está otorgando una fuerte centralidad a las juventudes. En gran parte de la región latinoamericana, varias de sus acciones estratégicas apuntan precisamente a atraer a ese sector poblacional. Dichas acciones miran a las juventudes en dos sentidos: como audiencia y como protagonista. En tanto audiencia, las estrategias de comunicación desde las cuales se les habla a los/as jóvenes (en especial desde redes sociodigitales), y las que intentan mostrar al neoconservadurismo como un movimiento con rostro joven y vincular a la agenda de oposición a los DDSSRR con la rebeldía (Stefanoni, 2021)Ref35, dan cuenta de una serie de acciones que apuntan a cautivar al público juvenil. En tanto protagonista, por otro lado, las estrategias orientadas a formar jóvenes muestran la centralidad que tiene para el activismo neoconservador el incorporar efectivamente entre sus filas a jóvenes entrenados/as para liderar los procesos de oposición a los DDSSRR en los próximos años.
Este protagonismo que se le está otorgando a los/as jóvenes puede sin dudas ser leído como una reacción ante la creciente centralidad que han tenido las mujeres jóvenes en las recientes movilizaciones feministas en gran parte de América Latina. Buscar mostrar un rostro más joven, y dar protagonismo especialmente a mujeres jóvenes y adolescentes, podría implicar un intento de mostrarle a ese grupo etario que la causa neoconservadora es también una posibilidad para las juventudes. Sin embargo, la interpretación del fenómeno no debería detenerse en la hipótesis de la mera reacción ante el avance de los feminismos. Involucrar a la juventud en la causa neoconservadora y en su militancia supone un proceso, actualmente en curso, de construcción de un proyecto político de renovación de rostros en un mediano-largo plazo. La atracción de juventudes mediante mensajes renovados y el uso de redes sociodigitales, así como la formación de jóvenes dirigentes, implica un proyecto de actualización del propio campo neoconservador que pareciera estar mirando hacia su propio futuro.
La literatura parece consensuar en que existe un avance de las versiones más extremas de las derechas a nivel regional, donde se suele destacar cómo dichos procesos se valen de discursos anti-políticos para conquistar renovados públicos (y en especial audiencias jóvenes) (Ansaldi, 2022)Ref2. Ante esto, los sectores neoconservadores que hacen parte cada vez más explícitamente de esos proyectos de extrema derecha apelan a acciones de politización de la juventud. Sin negar que parte de sus discursos contienen elementos de la anti-política, desde la cual se critica al establishment y a los partidos tradicionales, y asumen que sus ideas y posicionamientos serían desideologizados, el activismo neoconservador también apela a la politización juvenil como forma de rearticulación interna, de actualización de sus militancias y de movilización social. La politización, en este sentido, se vincula con la búsqueda por lograr hacer de la agenda neoconservadora una causa capaz de cautivar a este público, movilizarlo e involucrarlo activamente. El vínculo de las juventudes y el activismo neoconservador puede no ser meramente reactivo, sino parte también de forma de hacer política en el marco de tercera oleada ofensiva contra los DDSSRR.
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1) Así, por ejemplo, en 2017 el Tribunal Federal de Brasil autorizó el aborto en casos de anencefalia; en Chile se despenalizó en 2017 el aborto bajo tres causales; en Argentina se legalizó el aborto hasta la semana 14 en 2020; en Ecuador el presidente Lasso vetó parcialmente en 2022 un proyecto de ley aprobado por la Asamblea Nacional para regular el aborto por violación; en Colombia la Corte Constitucional habilitó en 2022 el aborto hasta las 24 semanas de gestación; en México diversos Estados mexicanos debatieron la despenalización del aborto entre 2019 y 2022. Asimismo, en Ecuador la Corte Constitucional habilitó el matrimonio entre parejas del mismo sexo en 2019, en Chile se legalizó en 2021 y en Bolivia una pareja del mismo sexo logró en 2020 acceder a una unión civil. En 2016, Bolivia y Ecuador reconocieron derechos asociados a la identidad de género, igual que Chile en 2018 y diversos Estados mexicanos hasta la fecha. En el caso de Perú, aunque no se han aprobado iniciativas de ampliación de derechos, los temas de género y sexualidad han estado en el centro de las movilizaciones sociales y políticas desde al menos 2016, siendo este un caso de especial interés para observar las dinámicas de oposición a los DDSSRR.
2) Se tomó un criterio amplio al momento de seleccionar los casos, considerando actores que hablen de o para las juventudes en general, independiente de qué entienden estos por “juventud”.
Morán Faúndes, José Manuel
José Manuel Morán Faúndes es Doctor en Estudios Sociales de América Latina por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (UNC). Investigador adjunto del CONICET-Argentina por el CIJS/CONICET. Docente de Sociología Jurídica de la Facultad de Derecho, UNC. Investigador del Programa de Derechos sexuales y Reproductivos, UNC. Desarrolla investigaciones sobre el activismo neoconservador, neoliberalismo y políticas sexuales en Latinoamérica.